Enrique J. Ros

5 formas de aumentar la conversión en el checkout

¿Imaginas tener una tasa de conversión del 10%? ¿Que una de cada diez visitas que lleguen a tu tienda online hagan una compra? Dime, ¿cuántas visitas tiene al mes tu ecommerce? No, no es una pregunta retórica, contesta en voz alta, sin miedo de los que están a tu alrededor te tomen por loco. Bien, ahora coge esa cifra y divídela por diez. ¿No sería genial tener todas esas ventas cada mes en tu comercio electrónico? Sí, yo también lo firmaría. ¡Vamos a intentarlo! Hoy veremos cinco formas de aumentar la conversión en el checkout.

Olvídate del checkout por pasos

Bueno, esto es más cosa de sentido común y de lógica. Ya es bastante difícil conseguir llevar a un usuario a través de todo el proceso de compra, y en cada uno de los pasos de este proceso (lo que en marketing se llama embudo de conversión) se “escapan” ventas, que no llegan al final.

Entonces ¿por qué hacer que el cliente, una vez en el checkout, tenga que dar pasos adicionales? ¿Para que se “escapen” clientes en el proceso? De hecho puedes ver exactamente cuántos clientes abandonan en cada uno de los pasos, si no sabes cómo se hace échale un vistazo a la entrada dedicada a Analytics para WooCommerce:

El objetivo es dar facilidades a los clientes para que compren, no poner trabas. Si tu proceso de checkout conlleva más de un paso, plantéate modificarlo simplificarlo.

Habilita las compras como invitado

Imagina la siguiente situación. Abre una nueva tienda en tu barrio, pongamos que una librería. Tiene muy buen aspecto, la distribución invita a entrar y a ojear los libros expuestos. Además el personal es amable y los precios son los correctos, ni caros ni baratos, el precio de mercado.

Así que decides comprar un libro y cuando te acercas con él a la caja el empleado te dice: Lo siento, aquí sólo pueden comprar los clientes registrados. Si quiere comprar ese libro debe darme su dirección, su teléfono, el número de DNI y la talla de pantalones. Verificaremos que la dirección es correcta y después de ese proceso, que durará unos diez minutos, ya puede usted comprar el libro.

Tú, que te has quedado con cara de pasmarote, ves a través del cristal que enfrente hay otra librería similar, igual de agradable y con los mismos precios, y desde donde estás puedes ver un cartel que tiene en la puerta que dice: Aquí puede comprar todo el mundo que quiera.

No hace falta decir más, entre otras cosas porque ya lo tienes todo dicho en este otro artículo:

Quita todo lo que sobra de la página de checkout

Ya he hablado muchas veces de lo mucho que cuesta llevar a un cliente hasta el checkout. De hecho, si la compra típica en tu producto o servicio es de una sola unidad de un sólo producto lo más recomendable es que lleves tú al cliente directo al checkout sin pasar por el carrito.

Por eso, una vez que el cliente está en el checkout ¡elimina cualquier distracción! Cualquier cosa que haya en el checkout que no forme parte del propio checkout puede ser la causa de que el cliente se vaya de ahí.

No le muestres el footer, no le muestres el menú y, por lo que más quieras, no le muestres una sidebar con categorías, banners y un montón de llamadas a la acción. Si quiere salir de ahí, que sea hacia adelante: completando el proceso de pago.

La mejor forma de hacer esto es mediante código, pero no la única. Puedes eliminar el menú haciendo uso de los menús condicionales, y eliminar los widgets del footer configurando su visibilidad.

Genera confianza a la hora del pago

Si no quieres que nada llame la atención de tu cliente cuando se dispone a pagar, menos aún querrás que le entren dudas. ¡Evítalo!

Por supuesto no hablo de las dudas respecto al producto. Si has hecho bien tu trabajo, ésas las habrás resuelto en la ficha del producto. De hecho, si no las hubieras resuelto bien tu cliente no estaría ahora en el checkout.

No, hablo de las dudas relacionadas con lo que se dispone a hacer en ese momento: pagar. Dale seguridad, dale confianza. ¿Cómo? Pues siempre hay algunas cosas que puedes añadir:

Realiza tests A/B

No te duermas en los laureles: ¡todo es mejorable! Realiza pruebas y cambios, pero no a lo loco. Mide siempre, compara siempre, y quédate con lo que mejor funciona. Y a partir de ahí… a probar más, a comparar más, a seguir cambiando y mejorando. Es un proceso sin fin.

Los tests A/B te ayudarán mucho en este proceso. Implementa dos checkouts distintos, y muestra uno a la mitad de tus compradores y el otro a la otra mitad. Cuando tengas suficientes datos para saber cuál de los dos funciona mejor (genera más conversiones) quédate con él y desecha el otro.

Y vuelta a empezar. Crea dos variaciones del que mejor funcionó, y sigue probando, midiendo y cambiando.

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